viernes, 7 de enero de 2011

Bolivia: A propósito del decreto 748

Max Murillo Mendoza
RED PRO BOLIVIA

Las contradicciones internas en el MAS son más que evidentes, son a todas luces cotidianas. Todavía más: hay sectores en los mandos medios y grupos palaciegos que no tienen idea de este proceso de cambio. No hace falta ser analista político ni mucho menos para saber que estos grupos (ex miristas, movimientistas, adenistas y eneferistas, etc) son los que mayormente están en esferas ministeriales y prefecturales. Y que se arrimaron al proceso bajo la tutela del mismo Evo, en su típico triunfalismo electoral y político clásico. Pero las consecuencias empiezan a sentirse en el mediano plazo de esa aventura triunfalista clásica de la política criolla boliviana. Esta vez encarnada en el propio Evo Morales.

Son estos grupos los que empujaron al decreto 748. Se consideraron demasiado fuertes para esta aventura, demasiado seguros desde sus ambiciones ministeriales y prefecturales. El manejo de información de sus asesores deja mucho que desear, pues ya están alejados de lo que sucede en la sociedad civil. Las cúpulas siempre traicionan a las bases. En todas las revoluciones o “cambios pacíficos” las cúpulas se han corrompido por el poder. Y en nuestro caso asistimos al mismo fenómeno humano de la debilidad por el poder. O la confirmación del asedio de estos grupos palaciegos (sean izquierdistas o derechistas que es igual), acostumbrados a su manera de medrar en las altas esferas estatales.

La derecha y la ultraderecha antiboliviana saben ahora que pueden doblarle el codo a Evo Morales. Este decreto les ha dado suficiente oxígeno para rearticularse en contra del MAS. Saben que las organizaciones sociales empiezan a sentir escepticismo del “proceso de cambio”. Que las dudas empiezan a flotar en los ambientes sindicales, de ayllus y tentas rurales. Saben que el MAS no logró articular un partido político y que sigue el folklor de distintos grupos políticos palaciegos, sin mando alguno y sin rumbo alguno. Saben que el resentimiento social de las clases medias pobres en las ciudades ha crecido exponencialmente, ante las ausencias de políticas de estado para el acceso al crédito, a la vivienda y a un trabajo digno y permanente. Son insumos suficientes para empezar a pensar en el fracaso del MAS y Evo Morales.

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