jueves, 27 de enero de 2011

Calderón-Clinton: agenda secreta

Antonio Navalón
INFOLATAM

El Universal
México D.F., 25 de enero de 2011
Por Antonio Navalón

Las visitas de Estado son como las olas, debajo de la espuma que se ve está la corriente que la forma. La foto y el apoyo es la espuma; la corriente, es ahora un nuevo y grave problema en la relación bilateral entre México y Estados Unidos.

La cooperación judicial entre los dos países atraviesa una crisis severa. Por un lado, la política de extradiciones de México al país vecino y, por otro, el programa de testigos protegidos.

Estados Unidos desconfía de la justicia prime time que ha instaurado el gobierno mexicano. La justicia es un problema sistémico de México que empieza a crear problemas en la relación mas allá de quién sea el embajador.

Aunque parezca imposible, ya hay que ir pensando en el día después. El día en el que la falsa guerra de Calderón se haya terminado.

Al día después de este sexenio, la responsabilidad histórica de la desatención al tema de la justicia no se quedará sólo en el presidente y en los que lo siguieron, sino también en los líderes de los partidos políticos, en los gobernadores y en los parlamentarios, que llevados por la orgía de la conquista de Los Pinos -unos para quedarse y otros para volver-, han sacrificado todo, olvidando que todos forman parte de un sistema cuya perfección está en tres patas: la ejecutiva, la legislativa y la judicial.

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