Siguiendo órdenes de Barack Obama, el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, desplegó anoche la alfombra roja en la base aérea de Andrews para recibir con todos los honores a Hu Jintao en la primera visita de Estado del presidente chino a Washington. "Vengo con el propósito de mejorar la confianza mutua, promover la amistad entre nuestros pueblos e impulsar la relación de cooperación entre China y Estados Unidos", afirmó el dirigente chino nada más pisar suelo estadounidense.
Acto seguido Hu se trasladó hasta la Casa Blanca donde fue agasajado con una cena privada por Obama, el ambiente propicio para empezar a plantear algunos de los asuntos más espinosos que llevan meses tensando las relaciones bilaterales, desde la situación de los derechos humanos en el gigante asiático o el papel de China en el conflicto de la península de Corea hasta la guerra de divisas que ha provocado duros cruces de declaraciones entre ambos gobiernos.
La cena de anoche se celebró a puerta cerrada y sin presencia de cámaras ni periodistas para imprimir mayor franqueza al carácter de las conversaciones y no está previsto que la Casa Blanca ofrezca ningún detalle al respecto, aunque los medios coincidían ayer en que en el centro de la agenda estuvieron los temas económicos, en especial la polémica por la devaluación de la moneda china, el yuan, y los desequilibrios en la balanza comercial bilateral.