MARC MARGINEDAS / Kandahar
Con cierta periodicidad, han venido apareciendo en los medios de comunicación anglosajones informaciones sobre la celebración de negociaciones secretas entre el Gobierno de Hamid Karzai y delegados de la insurgencia talibán de representatividad cuestionable para poner fin a la guerra en Afganistán. Ayer, un rotativo estadounidense -The Washington Post— anunció la existencia de tratos entre representantes de alto nivel de ambos bandos con una importante particularidad: las conversaciones, en esta ocasión, cuentan con todas las bendiciones de la llamada Shura de Quetta, institución considerada heredera del Gobierno talibán derrocado en el 2001.
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