Por Ben Casselman, Ángel González e Isabel Ordóñez
En el que podría ser el fallo de mayor cuantía en una demanda medioambiental, un juez ecuatoriano ordenó el lunes a la petrolera estadounidense Chevron Corp. pagar US$9.500 millones para limpiar la contaminación en la selva tropical del país.
No es lo único. Si la compañía no se disculpa públicamente dentro de un plazo de 15 semanas, el juez determinó que tiene que pagar el doble.
El veredicto pone punto final a un capítulo de un drama legal que se ha desarrollado en los tribunales de Ecuador y Estados Unidos durante casi dos décadas, lapso en el que las partes se han acusado mutuamente de cometer irregularidades.
Chevron, sin embargo, propinó un golpe importante en los últimos meses al dar a conocer un memorando secreto que revela la estrategia de los demandantes para hacer cumplir el fallo en distintos países del mundo. Eso implica que la petrolera podría verse obligada a defenderse en los múltiples países en los que opera. Chevron, que niega cualquier responsabilidad por la contaminación, no tiene presencia en Ecuador y ha prometido combatir todos los esfuerzos para expropiar sus activos en el exterior. Otras multinacionales siguen muy de cerca el caso, que podría tener grandes repercusiones para las empresas que operan en el extranjero.
La parte demandante, habitantes de la selva amazónica ecuatoriana, una zona rica en petróleo, quiere que Chevron se haga responsable de los daños ambientales que, según acusa, fueron causados por Texaco Inc., que operó en el país entre 1965 y 1992. Chevron heredó el caso cuando compró Texaco en 2001.