Los ministros de Finanzas de los países del G20 que se han reunido este fin de semana en París (Francia) han logrado acordar los indicadores de desequilibrios económicos, pero no han discutido el control de los precios de las materias primas agrícolas y aplazaron las negociaciones acerca de la reforma del sistema mundial de divisas.
Los participantes constataron que la economía mundial sigue restaurándose, pero de una manera desigual, y todavía existen amenazas de nuevas caídas.
El mayor logro de la cumbre del G20 ha sido acordar la lista de indicadores para medir el nivel económico de un país que permitirán estimar los desequilibrios de los estados miembros del G20 y remediarlos. A partir de ahora los indicadores son: la deuda pública, el déficit del presupuesto, la parte de ahorros y deudas privados, la balanza comercial, los flujos de inversiones, la cotización de divisas y la política nacional de divisas e impuestos.
La discusión llevaba ya mucho tiempo sobre la mesa. En la cumbre de Seúl, Corea del Sur ofreció establecer un límite extremo para la balanza a nivel de un –4% del PIB: en caso de sobrepasar un país este límite hace falta tomar medidas. Sin embargo, otros participantes se opusieron: no creen que se deba tener solo en cuenta los cálculos que se realizan actualmente. Comentaron que los problemas principales están en la política financiera y en el nivel de ahorros.