El FSM se pasó la semana vitoreando a los egipcios –y discutiendo el significado de las revoluciones tunecino-egipcias, por su programa de transformación, por lograr otro mundo que es posible –posible, no hay una certeza.
Una cifra de entre 60 mil y 100 mil personas participaron en el foro, lo que en sí mismo es una cifra notable. Para lograr un evento así, el FSM requiere de movimientos sociales locales fuertes (que existen en Senegal) y un gobierno que al menos tolere las sesiones del foro. El gobierno senegalés de Abdoulaye Wade estuvo dispuesto a tolerar
la celebración del FSM, aunque apenas unos meses antes se retractó de la asistencia financiera que había prometido y la recortó en tres cuartas partes.
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