El entonces ministro de Relaciones Exteriores tunecino, Ahmed Unaies, ya se había reunido con la diplomática europea a principios de febrero en Bruselas. Entretanto, el pasado sábado (12.02.11) Unaies dimitió de su cargo, como reacción a las críticas recibidas por sus cálidas palabras respecto a su homóloga francesa, Michéle Alliot-Marie.
En aquel encuentro en Bruselas entre Uanies y Ashton, ésta le aseguró el “apoyo de todos los Estados de la UE” para lograr el pasaje a la democracia y hacia una sociedad civil, así como el desarrollo económico y social del país. Pero esas promesas llegaron muy tarde, opinan críticos dentro de la UE. A Ashton se le reprocha haberse mantenido demasiado reservada durante demasiado tiempo respecto a los hechos en Túnez. “Javier Solana ya habría viajado hace rato a Túnez” dijo un alto funcionario diplomático durante la cumbre de la UE, la semana pasada, echando así más leña al fuego.
