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Colombia tiene en América Latina el escenario geográfico, cultural e histórico para el desarrollo de sus relaciones internacionales. Por tanto, es positivo que el vecindario latinoamericano, y en especial el sudamericano, comience a jugar un papel central en el marco de la nueva política exterior colombiana, que empieza a esbozarse en la era Santos, en donde las relaciones con la región se están desarrollando ahora más por convicción que por obligación.
Se puede hablar, entonces, de lo que podría denominarse la estrategia sudamericana de la política exterior del gobierno Santos, la cual viene tomando contornos claros a través de hechos concretos. Por una parte, se destaca su participación activa y constructiva en UNASUR y, por otra, se resalta el anuncio oficial sobre el comienzo de negociaciones entre Colombia, con al apoyo de Brasil, y los Estados miembros de MERCOSUR, que permitan al primero ingresar como miembro pleno a dicho espacio de integración. La importancia de tal suceso para la región fue objeto, hace algunos días, de amplios comentarios en el diario brasileño la Folha de S. Paulo.De esta forma, el viaje del Presidente Santos a Brasil al inicio de su mandato, las conversaciones con la Presidenta Rousseff durante su posesión y la visita a Colombia del Asesor Especial de Brasil para Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García, hacen parte de una agenda bilateral que coincide con la macro-visión de la política exterior brasileña con relación al futuro de MERCOSUR. Ello se traduce en dos procesos específicos: su ampliación mediante la incorporación de nuevos Estados miembros y su profundización institucional.
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