viernes, 4 de febrero de 2011

Estados Unidos denuncia el mal funcionamiento de la sanidad cubana. La suya no parece preocuparle

Juan Torres/Alberto Garzón
REBELIÓN.ORG

El periódico español El País, perteneciente al Grupo PRISA (que a su vez es propiedad en un más del 50% del fondo especulativo estadounidense Liberty, y vinculado también a Silvio Berlusconi), publicó el pasado 31 de enero un reportaje especial sobre la situación de la sanidad cubana basado en cables descubiertos por Wikileaks en los que Estados Unidos denunciaba su mal funcionamiento.

El diario español señala que la sanidad cubana refleja en la actualidad un “paisaje desolador”, a la vez que critica duramente las comparaciones que entre el sistema sanitario estadounidense y el sistema sanitario cubano hizo Michael Moore en su documental Sicko.

Una vez más, Estados Unidos vuelve a manifestarse sumamente crítico con los defectos de los demás sin manifestar al mismo tiempo igual rasero cuando se trata de evaluar su propio comportamiento.

Doble moral

Los dirigentes estadounidenses suelen clamar constantemente por los derechos humanos, pero callan cuando se violan por dictaduras amigas, que habitualmente suelen haber sido directamente impuestas por su gobierno o que cuentan con su complicidad y apoyo militar, político y económico. Le preocupa sobremanera que haya unas docenas de presos políticos en Cuba (que no debería haber) pero comercia sin problemas con China y otros países cuyos gobiernos llevan a cabo actuaciones mucho más lesivas para las libertades públicas; reclama a los demás respeto a los derechos humanos pero permite la tortura y actúa o legisla sin respetar principios elementales del habeas corpus en su propio país; llama a todos a defenderse del terrorismo pero luego acoge en su territorio a terroristas responsables de docenas de muertes, declara guerras contrarias al derecho internacional y sus propias agencias promueven el terrorismo cuando conviene a los intereses de sus grandes empresas; es extraordinariamente puntilloso con gobiernos legítimos y democráticos que abordan proyectos de progreso y mejor distribución de la renta pero al mismo tiempo da cobertura a regímenes sanguinarios y de ladrones como el de Arabia Saudí o el de Marruecos, por citar sólo a dos que no hagan la lista interminable; presiona, trata constantemente de derrocar y acaba, incluso a base de asesinarlos, con líderes libremente electos mientras que lleva al poder a docenas de gobiernos corruptos y responsables de cientos de miles de asesinatos en Chile, en Argentina, en Brasil, en Nicaragua, en El Salvador y en multitud de países más.

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