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La locomotora de Europa se ha puesto a funcionar y lo ha hecho a un ritmo “vertiginoso”, desconocido desde que las dos Alemania se reunificaran en 1990. El Producto interior bruto (PIB) de Alemania registró en el segundo trimestre del año un crecimiento del 2,2%, según la Oficina Federal de Estadística germana. Un crecimiento respecto al trimestre anterior sorprendente para todos, un crecimiento “XL”, como lo ha definido el ministro alemán de Finanzas, Rainer Brüderle.
"La recuperación de la economía alemana se está confirmando como mucho más fuerte de lo que muchos hubieran creído posible hace poco tiempo”, resumió el ministro, casi incrédulo. Y es que no es ésa la única buena noticia para los germanos. Además de haber mejorado la evolución de su PIB en un 4,1% respecto al mismo periodo del año anterior, los datos consolidados del primer trimestre muestran que no creció al 0,2%, como se había anunciado, sino que el verdadero crecimiento fue tres décimas mayor. Y hay más, su mercado laboral ha absorbido a 72.000 nuevo trabajadores entre abril y junio, un 0,2% más.
La alegría del ministro estaba más que justificada. Mes tras mes, desde 2008, le ha tocado presentar unas cifras poco satisfactorias. Números rojos interanuales que alcanzaron su pico en el segundo trimestre de 2009, al descender su crecimiento nada menos que un 6,8%.
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