MOSCÚ, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
El aire en Moscú está por fin limpio, después de que la lluvia y el viento dispersasen la nube de humo causada por los peores incendios que ha sufrido Rusia a lo largo de su historia y que ha cubierto el cielo de la capital durante una semana.
La concentración de monóxido de carbono en Moscú disminuyó el martes y, según una experta de la Organización Estatal para la Protección del Medio Ambiente Mosekomonitoring, los niveles de humo se encontraban "dentro de lo normal".