China está sufriendo este año una de las peores estaciones de lluvias de su historia reciente, una verdadera tromba de agua que ha provocado inundaciones asesinas en prácticamente 28 de sus 30 regiones y provincias.
Los datos publicados el miércoles por las autoridades sorprenden incluso en una nación de las dimensiones geográficas y demográficas del gigante asiático. Desde que empezó el monzón ya han muerto ahogadas o arrastradas por el agua y el barro 1.072 personas, mientras que otras 619 han desaparecido.
Las riadas se han llevado por delante en torno a un millón deviviendas, afectando a unos 140 millones de chinos, de los cuales más de la mitad han tenido que ser evacuados. Pekín valora las pérdidas económicas por encima de los 31.000 millones de dólares, una cifra similar al Producto Interior Bruto anual de países como Bosnia, Letonia o Paraguay. Algunos expertos creen que si las lluvias persisten podrían alcanzarse las cifras fatales de 1998, considerado el «año negro de las inundaciones» y en el que cerca de 5.000 personas murieron ahogadas.