ATENEA
*Doctora en Historia por la UAM y profesora en el IUGM
Está más que demostrada la poca capacidad imaginativa de las campañas antichavistas, aunque ciertamente no son mucho más creativas las dirigidas por el chavismo contra sus enemigos políticos. Si para el oficialismo todos los problemas y las amenazas son responsabilidad de una oligarquía vendida al imperialismo, o directamente de la intrínseca perversidad imperialista, el maniqueísmo no es muy distinto en la oposición. En este caso es Cuba y el dirigismo cubano quien moldea y da forma al régimen chavista.
A la más reciente de ellas está contribuyendo la información difundida por la página web Wikileaks, quien desvela, utilizando fuentes de la diplomacia norteamericana, que "los espías cubanos actúan por libre en Venezuela y despachan directamente con Chávez". En este sentido, hace algunos meses, otra fuente denunciaba la cubanización de las FAS venezolanas. La inclusión de militares cubanas en las FAS, según esta versión, "está más allá de lo que debería ser permitido y alcanza áreas estratégicas como la inteligencia". Mediante estas campañas se pretende recabar apoyos de manera sencilla apelando al sentimiento nacionalista, ya que por un lado denuncian la intromisión en cuestiones propias de un país, que atañen en exclusiva a su soberanía, y por otro acusan al régimen chavista de no ser más que una burda copia del régimen comunista cubano. La propaganda chavista no es muy diferente. El nacionalismo, junto al antiimperialismo, se utiliza como principal arma arrojadiza contra la oposición.
