viernes, 3 de diciembre de 2010

Ecuador y Perú, una vecindad para imitar

Carlos Maldonado
ATENEA

En tiempos de rebrote de conflictos limítrofes que enfrentan a naciones centroamericanas, específicamente Costa Rica y Nicaragua, un vistazo a la relación armoniosa que construyen Ecuador y Perú devuelve las esperanzas en el futuro auspicioso de esta parte del mundo.

Desde 1998, cuando ambos gobiernos firmaron los acuerdos de paz que dieron término a la larga disputa por la demarcación de la frontera común, la relación vecinal se ha normalizado hasta alcanzar altos niveles de cooperación y entendimiento. Esta decisión estratégica, basada en la experiencia traumática de una seguidilla de desgastantes enfrentamientos militares que se inician en 1941, continúan en 1981 y finalizan en 1995 en la llamada "Guerra del Cenepa", ha sido sustentada decididamente por los gobiernos que, incluso en algunos casos ideológicamente en las antípodas, siguieron luego de la suscripción de los acuerdos de Brasilia.

Esta cooperación se expresa en diversos rubros, que van desde la construcción de carreteras transfronterizas y apertura de nuevas rutas aéreas hasta facilidades para el comercio y las inversiones productivas. En el terreno político se ha establecido un mecanismo de consulta permanente a nivel de Cancillerías y Ministerios de Defensa, conocido como 2+2, y periódicas reuniones de ambos gabinetes ministeriales. A ello se suman iniciativas específicas como, por ejemplo, una Comisión de Vecindad, una Comisión sobre Metodología Estandarizada y Transparente para la Medición de Gastos Militares y una Comisión sobre Medidas de Confianza Mutua y Seguridad.

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