Por Tom Lauricella y John Lyons
Crecen las tensiones en los mercados cambiarios internacionales a medida que se calienta la retórica política y los países luchan por proteger a sus exportadores. Los últimos acontecimientos intensifican los temores de que se desaten guerras comerciales dañinas.
Al menos una media docena de países están activamente tratando de reducir el valor de sus monedas. El de más alto perfil es Japón, que intenta detener el alza del yen que desde mayo ha trepado 14%. El Congreso de Estados Unidos considera un proyecto de ley que acusa a China por mantener su moneda artificialmente baja. El presidente del banco central de Brasil, mientras tanto, dijo que el país podría imponer un impuesto a la inversión extranjera en renta fija, que ha contribuido a un alza importante en el real.
En el actual entorno, con muchas economías aún debatiéndose para recuperarse de la crisis financiera global, crece la preocupación por la posibilidad de que los legisladores podrían volverse más agresivos en la defensa de los intereses comerciales de sus países.