Kabul. El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, lloró hoy públicamente al describir la situación en su país y llamó a la insurgencia talibán a poner fin a la violencia.
Entre sollozos, Karzai señaló en una comparecencia pública que no quiere que su hijo Mirwais, nacido en 2007, tenga algún día que abandonar Afganistán debido al conflicto. "Vuelvo a pedir a los talibanes: '¡Compatriotas, no destruyan su país para favorecer a otros!'", dijo.
"Juro por Alá que siento dolor y tengo miedo de que, Alá no lo quiera, Mirwais se vea forzado a convertirse en un extranjero y a irse a un país extraño", agregó entre lágrimas. Él quiere, enfatizó, que su hijo sea instruido en Afganistán, con profesores afganos, que crezca en su patria y que sirva a su país como médico.
Karzai designó hoy a 68 miembros de un Alto Consejo para la Paz, que debe impulsar el diálogo con los rebeldes. Entre los representantes están dos ex presidentes, líderes tribales y tres antiguos miembros del régimen talibán derrocado a finales de 2001.