Representantes de las autoridades reguladoras bancarias y de bancos centrales, reunidos a puerta cerrada esta semana en la ciudad suiza de Basilea durante dos días, parecen abiertos a diluir las propuestas presentadas en diciembre, después de la intensa presión de los grandes bancos y algunos gobiernos para poder alcanzar un compromiso global para la fecha límite de noviembre.
En medio de un consenso general de que los bancos necesitan contar con mayores reservas de capital de las que tenían antes de la crisis financiera global, las conversaciones de ahora se centran en resolver varios asuntos clave:
¿Qué cuenta como capital? ¿Qué límite de endeudamiento habría que permitirles a los bancos? ¿Cuánto dinero en efectivo deberían tener? ¿Cuán flexibles deberían ser las reglas para los diferentes sistemas bancarios nacionales? ¿Cuánto tiempo tendrán que acatar los bancos los estándares más estrictos para evitar una contracción de crédito?
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