PAGINA 12/RUPERT CORNWELL-WASHINGTON
A pesar de señales de filtración, las autoridades estadounidenses ayer permitieron que British Petroleum (BP) mantuviera el cilindro experimental en su pozo averiado por cuarto día consecutivo, después que la empresa prometiera monitorear de cerca el lecho marino circundante para atajar una potencial y devastadora nueva filtración de petróleo y gas. La extensión señalaba un fin –por el momento– a las aparentes diferencias entre la empresa británica y el guardacosta retirado almirante Thad Allen, el oficial a cargo de la respuesta del gobierno federal a la confiabilidad del tapón para detener el desastre que ya lleva tres meses en el Golfo de México.
Aunque el artefacto detuvo el flujo de petróleo desde que fue puesto en marcha el jueves pasado, las lecturas inesperadas de baja presión dentro del pozo averiado sugieren que el petróleo y el gas pueden estarse filtrando por otro lado, provocando el temor a un derrame aún más incontrolable. El domingo a la mañana, Allen hizo saber que se había detectado una pérdida en el fondo del mar, a una milla bajo la superficie y supuestamente a tres kilómetros del pozo mismo. Aunque no se especificaba qué cosa se filtraba o en qué cantidad, ordenó a BP brindar una información más detallada de sus procedimientos de monitoreo.
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