En 2009 el país de Hu Jintao se había convertido en el segundo socio comercial de Buenos Aires, con un intercambio de cerca de US$10.500 millones.
A comienzos de este año el gobierno argentino vaticinaba una profundización del vínculo comercial.
"China seguirá siendo nuestro segundo socio comercial y la relación entre los dos países va a pegar un salto: va a crecer en calidad y cantidad, tanto en comercio como en inversión", aseguró en enero el entonces canciller argentino, Jorge Taiana, durante una visita a Pekín.
Sin embargo, pocos meses después, las cosas cambiaron drásticamente.
A comienzos de abril, Taiana convocó al embajador chino en Buenos Aires, Gang Zeng, para expresarle "el malestar y la preocupación" del gobierno argentino tras la decisión del país asiático de imponer una serie de condiciones sanitarias para la importación de aceite de soja argentino.