BITÁCORA
De Japón a Libia pasando por Rusia y Arabia Saudí
Es difícil abarcar el alcance del desastre nuclear en Japón. La mayor parte de la información que llega procede de fuentes pronucleares. Leemos que la central de Fukushima 1 ya fue noticia en 2002 por problemas de transparecia y que el Presidente y cuatro ejecutivos de la Tokyo Electric Power Corporation (TEPCO) fueron obligados a dimitir por falsificación en los registros de reparaciones.
El desarrollo nuclear en Japón comenzó hace 40 años. Actualmente, el 30% de la electricidad de Japón procede de 54 reactores. Cinco de ellos están hoy en estado de emergencia. Doce han dejado de funcionar. En julio de 2007 los reactores de la TEPCO en el noroeste de Japón cerraron hasta 2009 como consecuencia de otro terremoto y la importación de crudo creció lógicamente.
En 2010 Japón importó una media de 3.7 millones de barriles de crudo y 6.32 millones de toneladas métricas de gas natural líquido. Como consecuencia del terremoto, varias refinerías han cerrado y diez centrales que producían 8,6 gigawatt están fuera de servicio. La cuestión es cómo cubrirá Japón este déficit energético y qué efecto tendrá esa demanda imprevista en el tablero geopolítico.
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