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Buenos Aires, (dpa) - La compleja relación entre el kirchnerismo y los medios de comunicación sumó un nuevo round con el bloqueo gremial que impidió este domingo la circulación del diario "Clarín", que para el gobierno fue producto de un "conflicto laboral", mientras para otros fue un ataque a la libertad de prensa.
Asociaciones de prensa, periodistas, representantes de todo el arco opositor, la Iglesia católica y una pocas voces del oficialista Frente para la Victoria (FPV, peronista) repudiaron hoy la protesta que impidió la distribución de "Clarín".La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) calificó el incidente como un "atentado agravado a la libertad de prensa".
Desde el gobierno, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, instó en cambio a "no confundir a propósito, deliberadamente, un conflicto laboral con un supuesto ataque a la libertad de prensa", a la vez que denunció que el "Grupo Clarín cree que está exento de cumplir la legislación argentina en materia de representación sindical en todas sus empresas".
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