Mientras los ojos de la comunidad mundial están puestos en Libia, Bahréin también pide su parte de atención. Los descontentos con la política gubernamental de ese país árabe aseguran que mientras la oposición libia está recibiendo firmes apoyos por parte de los países occidentales, capitaneados por EE. UU., ellos muy en vano están clamando la solidaridad internacional.
“Resulta que la sangre de la población bahreiní tiene menos valor que la del pueblo libio. La actitud hacia estos países por parte de la administración de Obama como de la comunidad internacional, es completamente hipócrita”, así ha declarado Husain Abulla, director del Movimiento para la democracia y los derechos humanos en Bahréin.
“Todo esto confirma que a veces los intereses geopolíticos pesan mucho más que la defensa de los derechos humanos. Lo que preocupa a los activistas es que este ejemplo se traduciría en un futuro en una tendencia peligrosa”, agregó.