En medio de combates y bombardeos, ex funcionarios, militares desertores, profesionales y empresarios se organizan para reemplazar al dictador. Pero hay desacuerdo sobre la necesidad de una intervención extranjera
La oposición en Bengasi, vanguardia de la revuelta contra el régimen de Muammar Khadafi, pasó de ser un movimiento insurreccional a formar un gobierno paralelo. Pero está dividida acerca del camino a seguir para expulsar del poder al dictador.Después de más de dos semanas de revuelta, los "jefes" de la insurrección -abogados, periodistas, militares desertores y hombres de negocios- trabajan en poner al este de Libia manos a la obra, en organizar una policía local y en garantizar el suministro de agua y de alimentos. Crearon un "consejo nacional independiente" de transición que controla las ciudades caídas en manos de la oposición.
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