martes, 22 de marzo de 2011

La visita de Obama deja un sabor agridulce

RFI

Se esperaba del presidente estadounidense, Barack Obama, un mensaje que buscara refundar las relaciones entre Washington y Latinoamérica, una apertura que estuviera a la altura del celebrado discurso de El Cairo en 2009. Sin embargo, su Discurso a las Américas del lunes en Santiago tuvo gusto a poco.

El jefe de Estado norteamericano subrayó que las relaciones de Estados Unidos con serán cada vez más estrechas. “América latina es más importante que nunca antes para la prosperidad y la seguridad de Estados Unidos, y se va a volver más importante”, aseguró. “Exportamos más a América latina que a China. América latina ha logrado sobrellevar la caída económica mundial mucho mejor que otras regiones. En América no existen socios menores y mayores, sólo hay socios iguales", añadió.

Obama elogió ante su par Sebastián Piñera la “exitosa historia” del Chile próspero y se acordó de los 33 mineros. Pero algunos chilenos, sobre todo la izquierda, esperaban más de Obama, que se dirigía a ellos desde el simbólico Palacio de la Moneda, el mismo lugar donde el presidente Salvador Allende murió durante el golpe militar en septiembre de 1973. Interrogado sobre si estaba dispuesto a pedir disculpas al pueblo chileno por la participación de su país en el golpe de Estado que derrocó a Allende, el mandatario estadounidense sostuvo que Estados Unidos y América Latina "no pueden quedar atrapados por la historia".

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