ALAI.
La política
externa norteamericana en América del Sur sufrió las consecuencias
totalmente inesperadas de la prisa de los neogolpistas paraguayos en
asumir el poder, con tamaña voracidad que no podían esperar hasta abril
de 2013, cuando se llevarán a cabo las elecciones, y ahora articula
todos sus aliados para intentar revertir la decisión del ingreso de
Venezuela [al Mercosur]. La cuestión de Paraguay es la cuestión de
Venezuela, de la disputa por la influencia económica y política en
América del Sur.
Los medios conservadores salieron a socorrer a los neogolpistas.
1. No se pueden
entender las peripecias de la política sudamericana sin tomar en cuenta
la política de los Estados Unidos para América del Sur. Los Estados
Unidos todavía son el principal actor político en América del Sur y
debemos comenzar por la descripción de sus objetivos.
2. En América del
Sur, el objetivo estratégico central de los Estados Unidos, que, a pesar
de su debilitamiento, continúa siendo la mayor potencia política,
militar, económica y cultural del mundo, es incorporar todos los países
de la región a su economía. Esta incorporación económica lleva,
necesariamente, a un alineamiento político de los países más débiles con
los Estados Unidos en las negociaciones y en las crisis
internacionales.
3. El instrumento
táctico norteamericano para alcanzar este objetivo consiste en promover
la adopción legal, por los países de América del Sur, de normas de
liberalización más amplia del comercio, de las finanzas y de las
inversiones, de los servicios y de “protección” a la propiedad
intelectual a través de la negociación de acuerdos en nivel regional y
bilateral.
4. Éste es un
objetivo estratégico histórico y permanente. Una de sus primeras
manifestaciones ocurrió en 1889 en la 1ª Conferencia Internacional
Americana, que se realizó en Washington, cuando Estados Unidos, que ya
era la primera potencia industrial del mundo, propuso la negociación de
un acuerdo de libre comercio en las Américas y la adopción, por todos
los países de la región, de una misma moneda: el dólar.
5. Otros momentos
de esta estrategia fueron el acuerdo de libre comercio Estados
Unidos-Canadá, el TLCAN (Área de Libre Comercio de América del Norte,
que incluye además de Canadá a México); la propuesta de creación de un
Área de Libre Comercio de las Américas –ALCA; y, finalmente, los
acuerdos bilaterales con Chile, Perú, Colombia y con los países
de América Central.
6. En este
contexto hemisférico, el principal objetivo norteamericano es incorporar
Brasil y Argentina, que son las dos principales economías industriales
de América del Sur, a este gran “conjunto” de áreas de libre comercio
bilaterales, donde las reglas relativas al movimiento de capitales, a
las inversiones extranjeras, a la defensa comercial, a las relaciones
entre inversores extranjeros y Estados serían no sólo las mismas, sino
que permitirían la plena libertad de acción para las megaempresas
multinacionales y reducirían al mínimo la capacidad de los Estados
nacionales para promover el desarrollo, aunque sea desarrollo
capitalista, de sus sociedades y de proteger y desarrollar sus empresas
(y capitales nacionales) y su fuerza de trabajo. Link.