Voltaire
* Profesor de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Publica crónicas sobre política internacional en el diario La Jornada y el semanario Contralínea. Último libro publicado: El Híbrido Mundo Multipolar: un Enfoque Multidimensional, (Orfila, 2010).
Los cronogramas electorales de dos superpotencias
geoestratégicas (EU y China) y la grave crisis de la eurozona infectaron
la agenda del G-20 en Los Cabos.
Con una elección incierta, Obama estaba paralizado y no pudo tomar
decisiones contundentes en el G-20, que padece acefalia y cuando el
mismo anfitrión carece de liderazgo mundial, ya no se diga regional y
local.
Para Hu Jintao, el saliente presidente chino, la cumbre fue un
trámite y le corresponderá a su sucesor ungido (Xi Jinping) adoptar
decisiones pertinentes en la próxima cumbre del G-20, el año entrante en
Moscú, que marcarán su rumbo. China no salvará de su grave crisis
financiera a Estados Unidos ni a la Unión Europea a los dos lados del
Atlántico norte. De las tres superpotencias geoestratégicas, el único
que llegó a Los Cabos con las manos sueltas fue el presidente ruso, Vlady Putin.