lunes, 18 de abril de 2011

El planeta devuelve el golpe

Michael T. Klare
TOM DISPATCH/REBELIÓN.ORG
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

En su libro de 2010: Eaarth: Making a Life on a Tough New Planet, [Tiierra, tratando de vivir en un nuevo planeta hosco] el erudito y activista ecológico Bill McKibben escribe sobre un planeta tan devastado por el calentamiento global que ya es irreconocible como la Tierra en la que solíamos vivir. Es un planeta, predice, de “polos que se derriten, de bosques que se mueren y de un mar creciente, corrosivo, barrido por vientos, acribillado por tormentas, abrasado por el calor”. Diferente del mundo en el cual nació y prosperó la civilización humana, necesita un nuevo nombre, de modo que le agregó un “a” en “Eaarth” [“i” en “Tiierra”, N. del T.]

La Tiierra descrita por McKibben es una víctima, una baja del consumo irrestricto de recursos de la humanidad y sus irresponsables emisiones de gases invernadero que modifican el clima. Es verdad, esta Tiierra causará dolor y sufrimiento a los seres humanos a medida que los mares suban y las tierras de cultivo se marchiten, pero como la retrata, es esencialmente una víctima de la rapacidad humana.

Con todo mi respeto a la visión de McKibben, quisiera ofrecer otra perspectiva sobre su (y nuestra) Tiierra: como una poderosa protagonista de pleno derecho y como una vengadora, en lugar de ser simplemente una víctima.

No basta con pensar en la Tiierra como una víctima impotente de las depredaciones de la humanidad. También es un complejo sistema orgánico con muchas y potentes defensas contra la intervención externa, defensas que ya despliega con un efecto devastador en lo que respecta a las sociedades humanas. Y hay que recordar que el proceso no hace que empezar.

Para comprender nuestra situación actual, sin embargo, hay que distinguir entre las perturbaciones que reaparecen naturalmente y las reacciones del planeta ante la intervención humana. Ambas requieren una mirada nueva, así que comencemos por lo que la Tierra siempre ha sido capaz de hacer antes de que nos volquemos a las reacciones de Tiierra, la vengadora.

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