BBC Mundo. Washington/Carlos Chirinos
La nueva ley de inmigración de Arizona es un problema para la relación bilateral de México y Estados Unidos. Eso es lo que parece quedar claro tras la primera reunión en la Casa Blanca entre el presidente estadounidense Barack Obama y el mexicano Felipe Calderón, quien llegó este miércoles a Washington en su primera visita de estado.
En rueda de prensa conjunta en los jardines de la residencia presidencial, Obama reconoció que la "ley de Arizona tiene el potencial de ser usada de manera discriminadora" y dijo "compartir las frustraciones" que generó la iniciativa.
"Creo que la mayoría de los estadounidenses están abiertos a una reforma integral de las leyes de inmigración", dijo el presidente pero agregó que no depende sólo de él ni de su partido aprobar esta legislación.
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