05/07/2010
Por Hans Rühle
“Aún sin pruebas definitivas de las actividades nucleares de Brasil (todavía), los eventos pasados sugieren que es altamente probable que Brasil esté desarrollando armas nucleares. Ni la prohibición constitucional ni el TNP prevendrían que esto suceda. Lo único necesario para que se obtenga una resolución parlamentaria eliminado estos obstáculos sería que Lula da Silva dijera que los Estados Unidos no tienen derecho al monopolio de las armas nucleares en las Américas. Si eso sucede, América Latina ya no sería una zona libre de armas nucleares –y la visión de Obama de un mundo no-nuclear estaría acabada.”
Brasil ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear, pero expertos sospechan que pueda estar trabajando en una bomba nuclear. El país está autorizado legalmente a enriquecer uranio para sus submarinos nucleares, pero nadie sabe lo que le pasa al combustible una vez se encuentra en bases militares restringidas.
En octubre de 2009, la prestigiosa publicación estadounidense Foreign Policy presentó un artículo titulado "The Future Nuclear Powers You Should Be Worried About." De acuerdo al autor, Kazakstán, Bangladesh, Burma, los Emiratos Árabes Unidos y Venezuela son los siguientes candidatos --después de Irán— a una membresía en el club de las potencias nucleares. A pesar de sus argumentos, el autor ignoró a la más importante de las potencias nucleares probables: Brasil.
Hoy en día, Brasil es altamente apreciado por el resto del mundo. Su presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se ha convertido en una estrella en el escenario internacional. “That’s my man right here,” el presidente de los Estados Unidos Barack Obama dijo una vez, en alabanza a su contraparte brasileño. Lula, como es conocido, inclusive puede darse el lujo de recibir al presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad con todos los honores y abiertamente apoyar su programa nuclear, por el que Irán está siendo aislado en el mundo.
La autoconfianza de Lula da Silva demuestra la aspiración brasileña al estatus de gran potencia –también militar. La aspiración militar se refleja en la Estrategia de Defensa Nacional del país, la cual fue revelada a finales de 2008. Adicional al dominio del ciclo completo del combustible nuclear –-el cual fue desde entonces logrado—el documento hace un llamado a la construcción de submarinos de propulsión nuclear.
Leer noticia completa en SpiegelOnline...
Por Hans Rühle
“Aún sin pruebas definitivas de las actividades nucleares de Brasil (todavía), los eventos pasados sugieren que es altamente probable que Brasil esté desarrollando armas nucleares. Ni la prohibición constitucional ni el TNP prevendrían que esto suceda. Lo único necesario para que se obtenga una resolución parlamentaria eliminado estos obstáculos sería que Lula da Silva dijera que los Estados Unidos no tienen derecho al monopolio de las armas nucleares en las Américas. Si eso sucede, América Latina ya no sería una zona libre de armas nucleares –y la visión de Obama de un mundo no-nuclear estaría acabada.”
Brasil ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear, pero expertos sospechan que pueda estar trabajando en una bomba nuclear. El país está autorizado legalmente a enriquecer uranio para sus submarinos nucleares, pero nadie sabe lo que le pasa al combustible una vez se encuentra en bases militares restringidas.
En octubre de 2009, la prestigiosa publicación estadounidense Foreign Policy presentó un artículo titulado "The Future Nuclear Powers You Should Be Worried About." De acuerdo al autor, Kazakstán, Bangladesh, Burma, los Emiratos Árabes Unidos y Venezuela son los siguientes candidatos --después de Irán— a una membresía en el club de las potencias nucleares. A pesar de sus argumentos, el autor ignoró a la más importante de las potencias nucleares probables: Brasil.
Hoy en día, Brasil es altamente apreciado por el resto del mundo. Su presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se ha convertido en una estrella en el escenario internacional. “That’s my man right here,” el presidente de los Estados Unidos Barack Obama dijo una vez, en alabanza a su contraparte brasileño. Lula, como es conocido, inclusive puede darse el lujo de recibir al presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad con todos los honores y abiertamente apoyar su programa nuclear, por el que Irán está siendo aislado en el mundo.
La autoconfianza de Lula da Silva demuestra la aspiración brasileña al estatus de gran potencia –también militar. La aspiración militar se refleja en la Estrategia de Defensa Nacional del país, la cual fue revelada a finales de 2008. Adicional al dominio del ciclo completo del combustible nuclear –-el cual fue desde entonces logrado—el documento hace un llamado a la construcción de submarinos de propulsión nuclear.
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