LIMA, abr (Tierramérica) - El megaproyecto Olmos, que transvasará aguas del río Huancabamba por un túnel trasandino hacia tierras desérticas de la costa norte de Perú, es presentado como gran palanca de desarrollo agrícola, pero hay disputas por la tierra, agua y plantaciones que pueden agudizarse.
El objetivo de desviar aguas de la vertiente del océano Atlántico al Pacífico para desarrollar el plan hidroenergético y de irrigación Olmos, en la noroccidental región de Lambayeque, es un sueño de 80 años con un sinfín de marchas y contramarchas.En el plan original la obra incluía tres fases: el desvío del río Huancabamba, que proviene de las alturas de la región de Piura, a través de un túnel por debajo de los Andes, la construcción de un complejo hidroeléctrico y la irrigación de 110.000 hectáreas en el valle costero de Olmos.
La empresa brasileña Odebrecht ganó la licitación de la obra del transvase en marzo de 2006. En su primera etapa trasladará unos 400 millones de metros cúbicos de agua de los 750 millones proyectados inicialmente. Odebrecht también logró hacerse cargo de la obra de irrigación, calculada en más de 200 millones de dólares. Pero el proyecto hidroeléctrico está congelado.
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