lunes, 12 de noviembre de 2012

Primarias oficialistas en Chile: primero el extremo y luego el centro

Por Eduardo Vergara
Director de Asuntos del Sur


Hoy, más que nunca, los escenarios electorales en Chile son inciertos. Los padrones ya no cuentan con la predictibilidad que tuvieron por más de 20 años y la forma de movilizar a votantes -como quedó claro en las recientes municipales- requiere de una nueva lectura. Lo he argumentado en diferentes oportunidades en estas páginas y algunos reaccionaron objetando que la incertidumbre no era más que un mito. Se equivocaron: la incertidumbre no es un fantasma, sino una realidad.

Pero si bien la volatilidad del electorado general es grande, la del electorado con identificación o cercanía partidaria debería ser menor, y para movilizar a ciudadanos que voten en las primarias UDI-RN, Andrés Allamand y Laurence Golborne deben hacer la lectura correcta. Por un lado, el votante medio, al verse enfrentado a un análisis costo-beneficio, se dio cuenta de que concurrir a las urnas era un acto extremadamente costoso e ineficiente, un ritual casi absurdo. La ventaja de una primaria, sin embargo, es que el voto más duro, que sí se movilizó para las pasadas elecciones municipales, tiene mayores incentivos para participar, ya que sus creencias están en juego.

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