Mientras en medio de la crisis los países
mediterráneos parecen encaminados a una catástrofe educativa (en España
el 30% de los alumnos no terminan Secundaria), en Finlandia, apenas un 8% no acaba el Bachillerato completo.
Las claves del sistema finlandés, parecen más sencillas de lo
esperado y ahora son puestas como ejemplo posible para revertir la
pendiente en que se encuentra el sistema educativo público europeo.