jueves, 27 de septiembre de 2012

El impedimento imperial de China

Michael T Klare
Rebelion/Znet

Los líderes chinos siempre han afirmado que su país también está en vías de desarrollo en su interrelación con el sur y que China jamás empleará el mismo trato injusto y expoliador de las anteriores potencias imperialistas. “China es el mayor país en vías de desarrollo del mundo y África es el continente con el mayor número de países en vías de desarrollo”, declaró el presidente chino Hu Jintao el 19 de julio en el Foro de Cooperación China-África celebrado en Pekín. El pueblo chino y los pueblos africanos han tenido siempre un trato de igualdad entre ellos, con sinceridad y amistad, se prestan apoyo mutuo y juntos tratan de conseguir también su desarrollo. 

Resulta muy fácil calificar tales afirmaciones como simple lenguaje diplomático. Pero los chinos son plenamente conscientes de las innumerables humillaciones sufridas por ellos mismos a manos de las potencias imperialistas europeas y de Japón. Aún así, sus líderes actuales se encuentran en una disyuntiva: para mantener altas tasas de crecimiento económico en su país –su prioridad número uno– necesitan cantidades de petróleo cada vez mayores, además de otras materias primas también de proveedores extranjeros. Y para conseguir ininterrumpidamente el suministros de estos recursos, se están implicando en una relación patrón-cliente con los gobiernos de los países proveedores (muchos de ellos corruptos y antidemocráticos), del mismo tipo de las que han mantenido las mayores potencias occidentales. Algunos países exportadores con grandes reservas de crudo, cobre y otras valiosas materias primas caen presas de la “maldición de los recursos”, bajo la cual sufren el aumento de la corrupción y apropiación de bienes públicos, la opresión de regímenes autoritarios sostenidos por fuerzas de seguridad mercenarias bien remuneradas. Y frecuentemente, los principales países importadores caen en “la maldición de la inversión en recursos”, bajo la cual se convierten en cómplices de esos mismos regímenes. Cuanto mayor sea la dependencia que tengan los países importadores de materias primas procedentes de países bajo ese tipo de regímenes, más fuertes serán las medidas que tomen para asegurarse la supervivencia.