EnfoqueMundo
El National
Intelligence Council (NIC), organismo del gobierno norteamericano encargado de
realizar prospectivas en el mediano y largo plazo con énfasis en la seguridad
nacional, elabora cada cuatro años un informe para el presidente
entrante de los Estados Unidos sobre las grandes tendencias geopolíticas a
desplegarse en las casi dos décadas por venir. El informe de este año se titula Global Trends 2030: Alternative
Worlds. El NIC ha publicado un avance, del cual recogemos los tres escenarios
alternativos que el referido informe prevé para 2030:
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Fragmentación: una economía global de velocidades
múltiples es el telón de fondo de un mundo en el que hay una ausencia de voluntad
política general para resolver problemas globales a gran escala. El Occidente
tradicional se queda atrás mientras a Asia le va mejor, pero América del Sur y
África continúan creciendo. El riesgo de conflicto -inclusive entre grandes
potencias- se incrementa, pero no es inevitable. El desarrollo tecnológico es
rápido allá donde las economías nacionales y regionales son fuertes, tal como
en Asia. La cooperación frente a desafíos globales como el cambio climático, el
medio ambiente, el comercio y el desarrollo pierde impulso.
·
Fusión: inicialmente hay un aumento de la competencia
geopolítica tras una confrontación entre los Estados Unidos y China en Corea
del Norte y una transición democrática en Beijing. Los Estados Unidos y China
trabajan juntos para iniciar una revolución tecnológica encaminada a
reconstruir sus respectivas economías. Esto lleva a una “era dorada” de
actividad tecnológica en la década de 2020. Países que ocupan el nexo
geográfico entre Occidente y Oriente (Turquía, Rusia, Israel) se convierten en
importantes zonas trans-culturales. Emerge un consenso global sobre el tema
energético. El incremento de los flujos de fuerza de trabajo contribuye a la
construcción de un mundo más cooperativo.
Suma Cero: incapacitados por sus
crecientes problemas fiscales, los Estados Unidos se retraen. Tensiones
crecientes entre China e India, India y Pakistán, el Medio Oriente sunita y
chiíta provocan un retorno de prácticas, políticas y regulaciones que recuerdan
a la Guerra Fría, causando la intensificación a nivel mundial de las
identidades nacionales, étnicas y tribales. La inversión en tecnología militar
impulsa una proporción mayor del desarrollo y el control gubernamental de la
tecnología se refuerza. Hay una carencia de innovación civil. Las divisiones
entre Estados miembro ata de manos a las instituciones multilaterales. Saltan
los precios de los alimentos y las disputas alrededor del agua se incrementan,
con un número mayor de países al filo del colapso estatal.