Desde el Parlamento británico, el mensaje de Barack Obama fue directo: “El tiempo de nuestro liderazgo es ahora. Aun cuando más naciones asumen las responsabilidades de liderazgo global, nuestra alianza seguirá siendo indispensable”, esbozó un poco para los legisladores ingleses y otro para el resto del mundo. Así, el mandatario rechazó la idea de que el ascenso de las naciones emergentes como China, India o Brasil suponga automáticamente un declive de la influencia occidental.
“Quizá se argumenta que esas naciones representan el futuro y que el momento de nuestro liderazgo ha pasado. Pero ese argumento es falso”, remarcó Obama ante líderes civiles, diputados de alto perfil y personalidades de la jerarquía eclesiástica y política de Gran Bretaña. “Los éxitos y fracasos de nuestro propio pasado pueden servir como ejemplo para economías emergentes: que es posible crecer sin contaminar, que la prosperidad a largo plazo no proviene de lo que una nación consume, sino de lo que produce y de las inversiones que se hagan en su gente y en infraestructura”, señaló.