Los gobiernos de Colombia y Ecuador protagonizaron un pulso este viernes ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Washington por la disputa sobre el bombardeo del ejército colombiano a una base de las FARC en territorio ecuatoriano hace poco más de dos años.
Por una parte, Quito exigió al CIDH que admita su denuncia contra Colombia por la muerte de un ecuatoriano en la operación militar donde además perdieron la vida otras 26 personas, incluido el líder de la guerrilla, Raúl Reyes.
Por la otra, Bogotá se retiró de la audiencia que estudia el caso por considerar que la comisión adscrita a la Organización de estados Americanos (OEA) no tiene competencia en la materia.