BBC Mundo
Los habitantes de Datong llaman a su ciudad la
capital china del carbón, y no es muy difícil enterarse porqué. Fuera de
la ciudad se pueden ver enormes torres mineras y edificios que dejan
cicatrices en el terreno.
En una de las minas de carbón, las palas
mecánicas trabajan sin descanso. Arrastran grandes montañas del mineral
cerca de los camiones que lo van a transportar. El aire está lleno de
suciedad, ennegrecido por el polvo de carbón.
Es un negocio sucio, pero en China es un trabajo crucial. El carbón ha alimentado el boom económico del país, triplicándose su consumo en poco más de una década.
Actualmente, China quema casi el mismo carbón
que consume el resto del mundo junto. Pero eso está dejando a muchas
ciudades, incluida Pekín, sofocadas por un peligroso smog.