Publicaremos periódicamente en Enfoque Mundo breves reseñas de libros que creemos son referencia para los actuales debates sobre la política mundial.
Por Daniel García Sanz.
El corolario de los tres grandes acontecimientos políticos y económicos internacionales de la década pasada –las guerras de Afganistán e Irak, el ascenso de las potencias emergentes y la crisis financiera mundial– ha sido el vigoroso retorno del declinismo. La noción de una hegemonía estadounidense en declive, alcanzó su máxima prominencia en círculos académicos, políticos y mediáticos a finales de los ochenta, para dar paso, tras la caída de la Unión Soviética, al consenso alrededor de unos Estados Unidos sin contrapeso económico, político, militar o ideológico-cultural. A finales de 2002, el pundit neoconservador Charles Krauthammer, quien en 1990 había vaticinado un momento unipolar, ahora hablaba de una era de incontestado predominio norteamericano.
Precisamente, el punto de partida de los autores que revisaremos en esta serie de breves reseñas –Fareed Zakaria, Kishore Mahbubani, Parag Khanna, Richard Haass y Robert Kagan– es que la históricamente anómala distribución de poder que surgió tras el fin de la contienda bipolar y el orden político derivado de aquella, han llegado a un prematuro final. A partir de este diagnóstico, ofrecen distintas perspectivas acerca de lo que es (y será) la era pos-unipolar y de cómo los Estados Unidos deberán ajustarse a la nueva realidad.
Aunque de distintas afinidades ideológicas y teóricas, puede decirse que los autores cuyas posturas examinaremos, provienen todos del campo del establishment. Coinciden en hablar de un declive relativo de los Estados Unidos y, por lo tanto, de la aparición y ascenso de nuevas grandes potencias económicas y políticas, entre las que se destacan China. Concuerdan también en el rol que ha jugado la globalización en la dispersión del poder internacional, no sólo entre los estados, sino entre una multiplicidad de actores no-estatales. Otro punto en común es la insistencia en la reforma o creación de nuevas instituciones internacionales que reflejen de manera más apropiada la nueva realidad mundial y sean más efectivas al enfrentar problemas globales.
Hay que mencionar que los trabajos que analizaremos preceden al estallido de la crisis global en septiembre de 2008, lo que no implica que hayan sido refutados por los acontecimientos, sino lo contrario: sus tesis centrales han sido validadas e incluso amplificadas. Siguen siendo las posturas más influyentes al momento de interpretar el actual proceso de cambio en el sistema internacional.