miércoles, 14 de diciembre de 2011

Nye: El giro de Obama al Pacífico.

Project Syndicate

por Joseph Nye (reconocido académico y ex-funcionario estadounidense, autor de The Future of Power).

CAMBRIDGE._ El retorno de Asia al centro de los asuntos mundiales es el gran cambio de poder del siglo XXI. En 1750, Asia tenía tres quintas partes de la población mundial y era responsable por tres quintas partes de la producción mundial. Para 1900, después de la Revolución Industrial en Europa y los Estados Unidos, la proporción de Asia de la producción mundial se había reducido a un quinto. En 2050, Asia estará en camino seguro de regresar en donde estaba 300 años antes.

No obstante, en lugar de centrar su atención en este asunto, los Estados Unidos malgastaron la primera década de este siglo atascados en guerras en Irak y Afganistán. Hoy, tal como la Secretaria de Estado Hillary Clinton manifestó en un reciente discurso, la política exterior estadounidense “girará” hacia Asia.

La decisión del presidente Barack Obama de rotar 2,500 marines estadounidenses en una base en el norte de Australia es un signo temprano de tal giro. Adicionalmente, la reunión de noviembre del APEC, que tuvo lugar en Hawaii (el estado natal de Obama), promovió una nueva ronda de acuerdos comerciales llamada Sociedad Transpacífica. Ambos acontecimientos refuerzan el mensaje de Obama de que los Estados Unidos se proponen seguir siendo una potencia comprometida con la región del Asia Pacífico.

El giro hacia Asia no significa que otras partes del mundo hayan dejado de ser importantes; por el contrario, Europa, por ejemplo, tiene una economía mucho más grande y más rica que la de China. Pero, como el consejero de seguridad nacional de Obama, Tom Donilon, explicó recientemente, la política exterior estadounidense durante los últimos años ha sido golpeada por las guerras de Irak y Afganistán, preocupaciones con respecto al terrorismo, las amenazas de proliferación nuclear en Irán y Corea del Norte y por las recientes revueltas árabes. El viaje de Obama en Asia en noviembre fue un esfuerzo por alinear las prioridades de política exterior con la importancia a largo plazo de la región.

En palabras de Donilon, “al elevar esta dinámica región a una de nuestras máximas prioridades estratégicas, Obama está demostrando su determinación de no dejar que nuestro buque de estado sea alejado de su curso por las crisis prevalentes”. La administración Obama anunció también que, cualquiera sea el resultado de los debates acerca del presupuesto de defensa, “nos vamos a asegurar de preservar las capacidades necesarias para mantener nuestra presencia en el Asia Pacífico”.

El viaje de Obama en noviembre fue también un mensaje para China. Después de la crisis financiera de 2008, muchos chinos expresaron la creencia errada de que los Estados Unidos se encontraban en un declive terminal y de que China debía ser más asertiva -particularmente al perseguir sus reclamos marítimos en el Mar de China Meridional- a costa de los amigos y aliados de los Estados Unidos. Durante el primer año de Obama en el gobierno, su administración le otorgó una alta prioridad a la cooperación con China, pero los líderes chinos parecieron ver erróneamente en esta política un signo de debilidad.

La administración tomó una postura más dura cuando Clinton se refirió la cuestión del Mar de China Meridional en la reunión de ASEAN en Hanói en julio de 2010. La subsiguiente visita oficial del presidente chino Hu Jintao en enero de 2011 fue exitosa, pero muchos editorialistas chinos se quejaron de que los Estados Unidos estaban tratando de “contener” a China e impedir su ascenso pacífico.

La ansiedad china sobre una supuesta política de contención estadounidense está en auge de nuevo, ahora que Clinton ha insistido en que las disputas marítimas del país con sus vecinos deben ser parte de la agenda de la Cumbre del Este de Asia en Manila, a la que asistirá Obama, Hu Jintao y otros líderes regionales.

Pero la política estadounidense hacia China es diferente de la “contención” de la Guerra Fría contra el Bloque Soviético. Mientras los Estados Unidos y la Unión Soviética mantenían un limitado contacto comercial y social, los Estados Unidos son el mayor mercado ultramarino de China, dieron la bienvenida y facilitaron la entrada de China a la OMC y abren sus universidades a 125,000 estudiantes chinos cada año. Si supuestamente la actual política estadounidense hacia China se parece a una contención al estilo de la Guerra Fría, ésta es inusualmente cálida.

La East Asia Strategy Review del Pentágono, que ha guiado la política estadounidense desde 1995, ofreció a China una integración al sistema internacional a través del comercio y programas de intercambio. Aunque los Estados Unidos no dejaron las cosas a la suerte al fortalecer su alianza con Japón, esto no constituye contención. Después de todo, los líderes chinos no pueden predecir las intenciones de sus sucesores. Los Estados Unidos apuestan a que éstos serán pacíficos, pero nadie sabe. La alianza expresa precaución, no agresión.

Las fuerzas militares estadounidenses no aspiran a contener a China a la manera de la Guerra Fría, pero pueden contribuir a moldear el ambiente en el que futuros líderes chinos deban tomar decisiones. Me mantengo en el testimonio que di al Congreso estadounidense en 1995 en respuesta a aquellos, que inclusive en ese entonces, querían una política de contención en lugar de una de encuentro: “solamente China puede contener a China”.

Si China llega a convertirse en el “abusón” de la región del Asia-Pacífico, otros países de unirán al esfuerzo estadounidense de confrontarlo. En efecto, ese es el porqué de que muchos de los vecinos de China hayan fortalecido sus lazos con los Estados Unidos a partir de 2008, cuando la política exterior china se hizo más asertiva. Sin embargo, lo último que los Estados Unidos quieren es una segunda Guerra Fría en Asia.

Cualesquiera sean las posiciones competitivas de ambos lados, la cooperación sino-estadounidense en temas como el comercio, la estabilidad financiera, la seguridad energética, el cambio climático y las pandemias, beneficiará a ambos países. El resto de la región saldrá ganando también. El giro de la administración Obama hacia Asia señala el reconocimiento del gran potencial de la región, no un llamado a la contención.

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Traducción por Daniel García Sanz.