Las dudas de los mercados sobre la intervención quirúrgica de la zona
euro en la banca española y la creciente incertidumbre sobre el
resultado de las elecciones en Grecia alimentaron ayer la tensión en
torno a la moneda única hasta límites desconocidos.
Mientras la Comisión Europea pedía calma y se negaba a juzgar el plan
para España por la reacción bursátil en un solo día, numerosos
analistas desconfiaban de las posibilidades de éxito de un rescate de la
banca española que carga la factura al Estado español.
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