martes, 16 de marzo de 2010

Chile: Los inescrupulosos que lucran con la tragedia

El terremoto y tsunami que asoló Chile la madrugada del pasado 27 de febrero, puso nuevamente la palabra solidaridad como protagonista de la tragedia. Pero la solidaridad tiene diferentes facetas, dependiendo de quién sea el procurador de la ayuda y de cuáles sean las motivaciones o intereses que existan detrás.
De acuerdo a la Real Academia Española, solidaridad es la “adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”. Y una segunda definición, la relaciona con un “modo de derecho u obligación in sólidum”, es decir: “por entero, por el todo”, usada “para expresar la facultad u obligación que, siendo común a dos o más personas, puede ejercerse o debe cumplirse por entero por cada una de ellas”.
La Teletón “Chile ayuda a Chile”, dio este fin de semana pantalla a una serie de marcas que gozaron, como en pocas oportunidades, de tan alta audiencia y a tan bajo costo. Cierto es que entregaron aportes, pero no es menos verídico que, de forma desvergonzada, se sirvieron del sufrimiento y el dolor de los chilenos para hacer publicidad y, en definitiva, negocio con la tragedia. De hecho mucha de estas empresas, desde hace ya algunos días vienen desplegando campañas para lucrar con la desgracia de tantos, sobre todo, con la angustia de los más afectados, de los que lo perdieron todo.
Estaba en Radio Tierra ayudando en la articulación de un noticiario construido con el aporte de medios comunitarios y comunicadores independientes a lo largo del país, cuando llegó a los celulares de dos cuentacorrentistas del BANCO SANTANDER el siguiente mensaje de texto: “Frente a la catástrofe estamos junto a ud, hemos aumentado el cupo de su Línea de Crédito, se hará efectivo a partir del 3/03. Más información en santander.cl”. Sin lugar a duda, una noticia oportuna y conveniente. Que le permite a quienes requieren de recursos frescos para palear pérdidas materiales, obtener dinero sin mayores exigencias, y a esta entidad bancaria aumentar el endeudamiento de sus clientes. Negocio redondo, se dirá, pero el negocio lo hace uno y la deuda la asume otro. Además con un banco que posee las mayores tasas de interés del mercado, una de las cifras más altas de denuncias ante el Servicio Nacional del Consumidor y que, durante la pasada crisis económica, cerró sin aviso alguno las cuentas corrientes de quienes consideró “clientes de riesgo”.

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