Me imagino una conversación el 11 de septiembre de 2011, en la cual los líderes máximos de Al Qaeda evalúan sus logros diez años después de sus ataques sobre suelo estadunidense. Pienso que estarían muy optimistas por todo lo que han logrado.
Para entender esto, debemos considerar lo que pensaban que debían lograr los ataques del 11 de septiembre. En ese momento, Osama Bin Laden expresó con claridad lo que eran sus objetivos de largo plazo. Dijo que deseaba borrar ochenta años de humillaciones para el mundo islámico. ¿Ochenta años? Bin Laden se refería a la abolición del califato en 1924 (no son exactamente ochenta años) por Mustafá Kemal Ataturk. El objetivo jurado de Bin Laden era la recreación de un califato que abarcara todo el mundo musulmán –suponemos que a cargo de un directo descendiente de Mahoma, que gobernara obedeciendo la sharia.