lunes, 1 de febrero de 2010

Raúl Zibechi: "A mi modo de ver, el problema central para la hegemonía estadounidense en el 'patio trasero' es Brasil."

La IV Flota en acción
Un portaaviones llamado Haití
Raúl Zibechi

Extractos del artículo:

Todo esto no es demasiado nuevo. Lo importante es que se inscribe en una escalada que se inició con el golpe militar en Honduras y con los acuerdos con Colombia para la utilización de siete bases en ese país. Si a eso se le suma el uso de las cuatro bases que el presidente de Panamá Ricardo Martinelli cedió a Washington en octubre, y las ya existentes en Aruba y Curaçao (islas próximas a Venezuela pertenecientes a Holanda), existen un total de trece bases rodeando el proceso bolivariano. Ahora, además, consigue un enorme portaaviones en el medio del Caribe.

Según Ignacio Ramonet, en Le Monde Diplomatique de enero, “todo anuncia una agresión inminente”. No parece ese por cierto el escenario más probable, aunque sí pueden concluirse dos cuestiones: que Estados Unidos optó por el militarismo para paliar su declive y que necesita del petróleo de Colombia, Ecuador y sobre todo de Venezuela para afianzar su situación hegemónica o, por lo menos, hacer más lento el declive. Sin embargo las cosas no son tan simples.

Para el mensuario francés, “la clave está en Caracas”. Sí y no. Sí porque, en efecto, el 15% de las importaciones de petróleo de Estados Unidos provienen de Colombia, Venezuela y Ecuador, porcentaje que iguala la cantidad importada de Oriente Medio. Además, Venezuela va camino de convertirse en la mayor reserva de crudo del planeta luego que se certifiquen las reservas de la Faja del Orinoco descubiertas recientemente. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, serían el doble de las de Arabia Saudí. Todo esto sería suficiente para que Washington deseara, como desea, sustituir a Hugo Chávez al frente del proceso bolivariano.

A mi modo de ver, el problema central para la hegemonía estadounidense en el “patio trasero” es Brasil. El petróleo bajo tierra es una riqueza importante. Pero hay que extraerlo y transportarlo, lo que demanda inversiones, o sea estabilidad política. Brasil es ya una potencia global, el segundo de los países del BRIC (Brasil, Rusia, India, China) en importancia detrás de China. De los diez mayores bancos del mundo, tres son brasileños (y cinco chinos), pero ya ninguno procede de Estados Unidos ni de Inglaterra. Brasil tiene las sextas reservas de uranio del mundo (cuando sólo el 25% de su territorio ha sido investigado) y estará entre las cinco mayores reservas de petróleo cuando se termine la prospección en la cuenca de Santos. Las multinacionales brasileñas figuran entre las mayores del mundo: Vale do Rio Doce es la segunda minera y la primera en mineral de hierro; Petrobras es la cuarta petrolera del mundo y la quinta empresa global por su valor de mercado; Embraer es la tercera aeronáutica detrás solo de Boeing y Airbus; JBS Friboi es el primer frigorífico de carne vacuna del mundo; Braskem es la octava petroquímica del planeta. Y se podría seguir largo rato...


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