miércoles, 12 de mayo de 2010

La ultraderecha ensaya todos los caminos del golpismo.

"En el Ecuador, es difícil explicar, peor comprender, el por qué la CONAIE (la más grande agrupación indígena), otrora (por los años 90) un frente claramente de izquierda, de lucha, de reivindicaciones sociales largamente conculcadas desde la conquista española y en buena parte de la república, estuviera hoy, frente al Gobierno Correa, enfrentándole, tratando de bloquearlo, de intimidarlo y de ponerlo contra las cuerdas."


ALAI, América Latina en Movimiento

2010-05-10

Por Alberto Maldonado.

No puede ser simple coincidencia: en Bolivia, sectores de sindicalistas resentidos y campesinos que se disputan una locación bloquean vías y tratan de desabastecer los mercados, en una acción contra el gobierno legítimo y popular de Evo Morales.

En Ecuador, grupos indígenas que se identifican con la CONAIE, la ECUARUNARI, la FENOCIN y otros membretes tratan de bloquear la Asamblea Nacional (antiguo Congreso) y de imponer sus puntos de vista, en un par de artículos de la nueva Ley de Aguas. Los indígenas, en varios sectores viales del país, han interrumpido el tránsito de vehículos. Y en Quito, pequeños pero muy activos y agresivos grupos estudiantiles, tratan de generar el caos, la violencia en las calles, en rememoración de viejos tiempos, en los cuales la protesta estudiantil se había convertido en parte del paisaje urbano.

En el 2003, luego del fallido golpe contra Hugo Chávez, sindicalistas adueñados de PDVSA, el principal consorcio hidrocarburífero de ese país, desataron una huelga y una paralización nacionales que estuvieron a punto de colapsar a ese gobierno; es decir, sectores de la autodenominada izquierda por poco logran consolidar lo que no pudieron las cámaras de la producción, los sectores plutocráticos, esa burocracia resentida, desde luego, con el auspicio económico, político y “estratégico” de cuadros y agentes de organismos imperiales como la USAID, la NED, la SIP-CIA.

“Curiosamente” estas movilizaciones populares (porque participan pequeños pero muy activos grupos ciudadanos) se empeñan en combatir a los gobiernos progresistas de Venezuela, Bolivia y Ecuador; y lo hacen pregonando tesis de izquierda. De manera que darían la sensación de que luchan contra gobiernos “dictatoriales” de derecha, disfrazados de revolucionarios...

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