Eliane Ríos
EL PERIÓDICO.ES
El regreso de Dominique Strauss-Kahn a Francia –se le espera esta semana- se presenta bastante menos plácido que su escala en Washington, el lunes, para despedirse del FMI. Mientras en la capital norteamericana su mea culpa –pidió excusas por el daño que ha causado su “falta” la institución- fue recibido con una cálida ovación, en su país la tormenta no remite. La última descarga eléctrica proviene de su propio campo.
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